En un año se hicieron 50.000 operaciones, un
60% más que 2003. Según un informe internacional esta cantidad sólo es superada
en EE.UU. Y México. Los varones y los extranjeros también entran al quirófano.
El país está viviendo el "boom del bisturí". Cada vez más argentinos acuden a su
ayuda para verse más lindos y más jóvenes. Y también muchos extranjeros eligen
operarse en Buenos Aires. Este fenómeno ubica a la Argentina en el tercer lugar
en el mapa de los países con más cantidad de cirugías estéticas, detrás de
Estados Unidos y México, según un estudio de la Sociedad Internacional de la
Cirugía Plástica (ISAPS). El año pasado, 49.590 personas se hicieron aquí algún
tipo de "retoque", lo que representa el 8,5% del mercado mundial.
Es una tendencia en pleno crecimiento. En los últimos tres años Argentina escaló
cinco lugares en el ránking mundial. La cantidad de intervenciones subió un 59%
respecto a 2003: con 31.232 cirugías ocupaba el quinto puesto. Y ese año casi se
duplicaron las operaciones realizadas en 2002. Por entonces, el país estaba en
el octavo puesto.
En relación a EE.UU., el líder del ranking, Argentina tiene una alta proporción
de cirugías por cantidad de habitantes. Aquí, las más populares son las
inyecciones de Botox® (toxina botulínica tipo A), que en el país se empezó a
vender en 1997, el lifting facial y las prótesis mamarias.
¿A qué se debe? Para Martha Mogliane, presidenta de la Sociedad de Cirugía
Plástica de Buenos Aires, la principal razón es económica. "Pasó la crisis, hay
cierta estabilidad y, en lugar de ahorrar, algunos deciden programar una
operación que desean hace tiempo. Incluso, hay quienes sacan un préstamo para
pagarla".
Además, los especialistas consultados por Clarín coinciden en que también
influyen los últimos avances de la medicina estética y de la anestesiología, que
aminoró el temor de muchos pacientes a entrar al quirófano. El buen nivel de los
médicos es otra de las razones, según apunta Manuel Sarrabayrouse, jefe de
Cirugía Plástica del Hospital Italiano.
Pero la búsqueda de la eterna juventud no está limitada al género femenino. El
estudio de la ISAPS, que abarca a 42 países de todo el mundo, indica que 2 de
cada 10 personas que se operan en Argentina son hombres. En 2003, ese porcentaje
era el 13% (Ver "Una de cada cinco.).
Griselda Seleme, especialista en cirugía plástica y directora de Estética Seleme,
lo ve reflejado en su consultorio. "Por años, los varones llegaban para hacerse
un implante capilar. Ahora, además, de operarse la nariz, piden atenuar arrugas,
eliminar la hinchazón de los párpados y hacerse una lipoaspiración".
"Buscan un poco de juventud -afirma Mogliane-. Son profesionales, ejecutivos,
gente de negocios que por su trabajo tiene que competir con jóvenes, tal vez con
menos experiencia pero con mejor presencia".
Otro dato que aporta el muestreo de la ISAPS es que se calmó la "fiebre" por la
cirugía estética que se había despertado entre las adolescentes a fines de los
90: la franja de menores de 21 años que se operan era del 18% en 2003 y ahora
cayó al 3%. En cambio, ahora al quirófano entran más pacientes mayores de 50
años: del 17% pasó al 32,5%.
En estas cifras hay muchos extranjeros. Esta tendencia arrancó con el fin del 1
a 1 y continúa en aumento, sin dejar de asombrar y tampoco de despertar
polémicas (Ver "Polémica..").
Sobre todo españoles, israelíes, estadounidenses y chilenos adhieren cada vez
más al "turismo de bisturí" que combina cirugías plásticas en clínicas
Argentinas con estadías en hoteles de categoría. Todo les resulta más barato por
la ventajosa relación del euro y el dólar con el peso.
Marcelo Bernstein, miembro titular de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos
Aires, afirma que el 30% de sus pacientes llegan a su consultorio a través de
estos viajes. "El 70% son mujeres de 25 a 50 años. Los hombres tienen entre 25 y
40 años. Depende del tipo de intervención, reciben el alta a los 5 ó 14 días. Si
el post-operatorio es bueno, pueden hacer excursiones y lo que más eligen es la
Patagonia, que para estos casos es más apropiado que los sitios de clima
cálido".
A estos paseos que incluyen retoques estéticos también se los conoce como
"cirugías express" o "Botox® tours". En el ambiente médico prefieren llamarlo
"turismo de salud" porque, explican, también ofrecen cirugías oftalmológicas y
cardiovasculares.
Pero no sólo esta modalidad despierta controversia. Sucede que algunos hogares
argentinos, sobre todo en countries, también se está dando un fenómeno que
fusiona la estética con el entretenimiento. Ya se lo conoce como "Botox® party",
muy de moda en EE.UU. Al estilo de las reuniones de "Tupperware", la dueña de
casa invita a un grupo de amigas para inyectarse Botox®: comparten las ampollas y
abaratan los costos. "Esto no está avalado por ninguna entidad científica",
advierte Seleme. "Por más sencillo que sea el procedimiento, requiere una
consulta médica".
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