Hacia un ejercicio profesional más consciente y espiritual
Xavier Sánchez, M.D.
CIRUJANO PLÁSTICO
Nuestra profesión ha venido creciendo a través del tiempo en conocimiento y
talento, y su cobertura ha conocido una expansión global sin precedentes al ser
más abierta y al estar al alcance de un público cada vez mayor.
Siendo una colectividad de cirujanos dotados de un don para modificar y mejorar
facciones o reducir tallas, transformando pacientes en personas físicamente
distintas, podemos realizar cirugías de un alto nivel de reconocimiento.
Pero también poseemos la percepción de ver en su interior, de escucharlos, de
indagar qué sienten, y qué los mueve a buscar ayuda. Ahora bien, ¿estamos
realmente haciendo eso? O ¡somos sólo escultores y maquilladores corporales!
Cuantas veces desconocemos qué hay detrás de un paciente o qué lo motiva a
operarse y a qué sacrificios incurre para costear las cirugías.
En el afán de buscar la fama y de generar utilidades, se han dejado atrás otros
valores, como son la parte humana, la conciencia de que en el fondo somos
médicos y de algo que ahora está tomando auge y que se está viviendo en el mundo
de los negocios, un componente espiritual.
Autores como Patricia Aberdene en su libro "MEGATENDENCIAS DEL 2010" escribe que
se deben rescatar los valores perdidos y cómo lo espiritual le está devolviendo
visión y compromiso a la gestión empresarial y el efecto que esto ejerce sobre
el consumidor, que se ha vuelto más consciente y exige valores y cumplimiento de
las empresas, la industria o a las corporaciones tanto en su vida individual
como en lo ambiental y social.
Ya hemos visto los efectos que hace la globalización de la televisión y la
publicidad en general sobre el consumidor y cómo éste empieza a idealizar sobre
su imagen corporal.
Las personas como pacientes encuentran en las cirugías plásticas la manera de
buscar una nueva identidad o de encontrar reconocimiento y aprobación entre sus
semejantes. Muchas veces no es por satisfacer su autoestima, sino por complacer
a otros. (Nosotros como médicos podemos ayudarles a ver primero la necesidad
interna).
Los hay también aquellos que quieren mejorar su imagen porque se sienten
amenazados en su área de trabajo por generaciones más jóvenes, la joven que ante
el espejo desea sentirse mejor o los niños que sufren burlas por su nariz o sus
orejas.
Como cirujanos y analistas podemos ver más allá y seguir la mente del paciente.
Y como artistas, ayudarlos a lograr lo que realmente sienten.
La cirugía no es la respuesta a un problema de obesidad, ni es la solución a
relaciones de pareja que van en detrimento, como tampoco va a corregir el paso
de los años, si no se acompaña de una actitud positiva. Un ejemplo de esto es
modificar el estilo de vida y adoptar hábitos sanos: haciendo ejercicio,
moderando su ingesta alimenticia, haciendo meditación o simplemente ayudando a
los demás.
Hay organizaciones que canalizan estos esfuerzos, por llevar ayuda a poblaciones
que requieren de nuestra maestría o en la comunidad hay hospitales donde se
puede contribuir con nuestro trabajo y enseñanza.
Lo podemos hacer también de manera individual dejando una sonrisa en un niño con
una anomalía al donar una o dos horas de nuestra ayuda.
En nuestro trabajo cotidiano, podemos hacer ver al paciente que en ocasiones es
más importante tomar vacaciones de descanso y que su cirugía la puede aplazar y
acomodar en un festivo, ahora que hay manera de recuperarse más rápidamente.
También haciéndole ver que no debe sacrificar responsabilidades del hogar, como
la educación, los alimentos o las cuotas de vivienda, por operarse ya sea por
moda o por satisfacer a segundos.
No se trata con esto de dejar una idea espiritual, sino de acompañar nuestro
trabajo con un valor ético de conciencia. Así el resultado será más
gratificante. Con el sentimiento y la responsabilidad de haber cumplido y con la
percepción de un paciente que piensa que en verdad nos preocupamos por él y por
su entorno familiar.
En síntesis la visión de nuestra profesión es dejar una persona satisfecha,
abonando una huella de comprensión y de conciencia.
Fuente:
www.susmedicos.com