Rinoplastia II

Rinoplastia II


Rinoplastia II



DR. RAFAEL PÉREZ FRANCO


Cirujano Plástico
Miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica


El gusto por la cirugía nasal es individual y se alimenta por el reto permanente de operar una estructura que no se puede ocultar; es un procedimiento que no tiene lugar a dudas y con un vistazo rápido confirmamos si el resultado es bueno o malo.

Al terminar mis estudios como Cirujano Plástico la cirugía nasal se encontraba en medio de un conflicto entre Otorrinolaringólogos y Cirujanos Plásticos sobre quien debería operar una nariz. Después de algunos años dedicado a la practica privada de la cirugía plástica y de múltiples discusiones enriquecedoras con colegas de las dos especialidades, encuentro completo a un cirujano que posea un entendimiento de la anatomía y fisiología nasal, que le permita afrontar las dificultades que ofrece este procedimiento, guardando un profundo respeto por las relaciones internas y externas de la nariz y así poder ofrecer un resultado armónico.

Las caras atractivas tienen relaciones de proporcionalidad similares pero no absolutas, al hacer un rutinario pero cuidadoso análisis preoperatorio de las relaciones internas y externas de la nariz podemos trazarnos un detallado plan operatorio que nos enmarque el resultado en las relaciones de proporcionalidad observadas por Da Vinci.

El proceso quirúrgico en Rinoplastia se inicia por un dialogo donde el paciente comunica a su cirujano cuales son las necesidades sentidas respecto a su nariz, es el momento en el cual el medico debe identificar las expectativas del paciente con su cirugía, igualmente se debe indagar sobre la habilidad para respirar, historia de alergias, traumas nasales, medicación o abuso de drogas.

Llega el momento de la exploración nasal, la cual, debe ser realizada con el máximo de concentración y dedicación por parte del cirujano. El examen endonasal debe realizarse de manera rutinaria, observando las características de la mucosa, el estado de la válvula nasal interna y su relación con los momentos de inspiración y espiración, se deben observar el estado y tamaño del septum al igual que las alteraciones de los cornetes. El examen externo se inicia con la apreciación del espesor y textura de la piel, la longitud y disposición de la bóveda ósea y en la bóveda cartilaginosa se deben identificar las características de los cartílagos alares la relación con la espina nasal y su influencia en el soporte y proyección de la punta nasal, finaliza el examen con la observación de variaciones nasales con los movimientos de la mímica facial especialmente de los labios.

Una vez identificados los problemas proseguimos con el análisis fotográfico de todas las proporciones faciales en conjunto con el paciente, para que este entienda cuales fueron los hallazgos de nuestro examen clínico recalcando las irregularidades observadas. El uso de programas de predicción quirúrgica por computador se a convertido en una herramienta para que cirujano y paciente acuerden unos objetivos más claros y limiten las expectativas del paciente a lo que realmente el procedimiento esta en capacidad de brindar, los cambios sugeridos con estos programas deben ser cuidadosamente analizados pues una actitud exageradamente optimista por parte del cirujano puede conducir a una insatisfacción postoperatoria del paciente.

El paciente debe comprender de forma clara el procedimiento que se planea realizar a igual que las dificultades técnicas que su caso pueda ofrecer y además las posibles complicaciones y secuelas que puedan suceder, así podrá tranquilamente tomar la decisión de operarse.

Después de una cuidadosa valoración anestésica y exámenes rutinarios, llega el momento de trasformar las expectativas en realidad. La cirugía se realiza de forma ambulatoria lo cual quiere decir que después de dos horas de cirugía y un corto periodo de recuperación el paciente puede marcharse a su casa donde seguirá las indicaciones de su medico.

El proceso postoperatorio también debe ser detalladamente planeado y comunicado al paciente con anticipación, el conocimiento previo de la necesidad de taponamiento nasal entre 48 y 72 horas, el uso de férulas dorsales rígidas por 10 días y cintas para disminuir la inflamación por veinte a treinta días logrará que el paciente tenga menos dudas y mayor seguridad durante este periodo.

Aspiro que esta breve información sea una herramienta para que el lector que alguna vez ha pensado en realizarse una cirugía nasal no abandone su sueño y la utilice para aclarar sus dudas y así elegir su cirujano adecuadamente.


Fuente: www.susmedicos.com

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