Implantes mamarios

Implantes mamarios

La práctica en sí tiene más de 50 años. Porque fue en la primavera de 1962 cuando Timmie Jean Lindsey se convirtió en la primera mujer del mundo en tener senos artificiales. Pero hoy, tras atravesar escándalos mundiales, rechazos y demandas multimillonarias, la de los implantes mamarios ya es la segunda cirugía que más se hace en el mundo, con un millón y medio de intervenciones. Y en nuestro país, se concretan a un promedio de 53 operaciones por día.

Tan popular se han hecho en los últimos tiempos estas cirugías estéticas, que hoy en día hasta es común que sean objeto de regalos por parte de novios, maridos y hasta padres, y cada vez de tamaños más grandes. Sin embargo, lo que pareciera una simple intervención cosmética, esconde peligros ciertos. Solamente en nuestro país, por ejemplo, hay más de 10.000 mujeres que deben ser controladas periódicamente por haberse incorporado prótesis irregulares.

El verdadero problema comenzó cuando un fabricante francés de unas prótesis mamarias utilizó silicona industrial en lugar de las autorizadas para rebajar costos e imponer su marca en el mercado. Pero había un detalle: estas siliconas agreden la cubierta del implante y despierta un proceso con final abierto.

"Durante casi dos décadas -explica el doctor Ricardo Losardo, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (SCPBA)- se fabricaron estas prótesis en Francia y su producción llegó al pico de 100.000 prótesis en un año. Las prótesis PIP se vendieron en 65 países en 4 continentes: América, Asia, Europa y Oceanía, y las cifras que actualmente se manejan es que hay más de 300 mil personas en el mundo que se colocaron estas prótesis".

"El problema -añadió el especialista- es que esta silicona industrial, cuando sale de la prótesis tras su ruptura, ocasiona un daño a los tejidos circundantes de tipo inflamatorio crónico, que es irritante y puede migrar a los ganglios linfáticos de las axilas".

Claro que, más allá de estas prótesis específicas que obligan a un seguimiento especial, todos los implantes deben ser controlados periódicamente.

"El camino normal después de cada intervención -señala el doctor Losardo- son los controles periódicos a cargo del cirujano plástico interviniente, que consta de exámenes físicos y eventualmente ecografías u otros estudios imagenológicos, según los resultados que arrojen los anteriores".

lo QUE PIDEN LAS MUJERES

Más allá de estas prótesis, que de hecho están prohibidas en el país, el auge de estos implantes es cada vez mayor y pocos reparan en los potenciales peligros que puedan generar.

"Para evitarlos -sostuvo por su parte el doctor Marcelo Bernstein, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica- las pacientes deben saber si su médico tiene el título de "Especialista en Cirugía Plástica", lo que puede confirmarse comunicándose con la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (SACPER) ó sus filiales para corroborar si está registrado".

Y ese auge que lleva a que en el país se realicen más de cincuenta operaciones diarias, comienza a edades cada vez más tempranas.

"El primer grupo de mujeres que consulta por una cirugía de aumento mamario -señala Bernstein- es el de los 18 años, cuando constatan que sus senos ya no se desarrollarán más. Otro grupo es el de las mujeres que luego del amamantamiento notan que sus senos disminuyeron de tamaño, y luego el de las mujeres post menopáusicas, cuyas mamas involucionan por causas hormonales propias de la edad".

"Pero lo que más llama la atención -añadió el especialista- es que a medida que pasan los años las mujeres eligen implantes mamarios de mayor tamaño. Por ejemplo hace 18 años, un volumen promedio era de 190 centímetros cúbicos; hace 10 años de aproximadamente 250, pero hoy en día el promedio es de 300 centímetros cúbicos. Pero en estos casos el cirujano plástico debe intervenir también asesorando en forma precisa, porque las prótesis que en una paciente pueden quedar bien, en otras no. Porque en definitiva, el cirujano es el responsable de lograr una estética natural y armoniosa. Y si el deseo de la paciente no se ajusta a la armonía estética, el cirujano plástico no debe operar. Porque además, las prótesis mamarias que no se corresponden a la estructura corporal por ser muy grandes, pueden perjudicar la salud de la paciente".

LOS PELIGROS LATENTES

Según estiman los especialistas, cerca del 5% de las pacientes operadas deberían someterse a una cirugía de recambio dentro de los 10 años.

El encapsulamiento retráctil, la cada vez menos frecuente ruptura protésica, la visualización de los pliegues capsulares por mala indicación o por adelgazamiento de las pacientes, o simplemente el recambio para lograr un aumento del tamaño protésico, son las causas principales de este recambio, cirugía que, por otra parte, requiere de más cuidados quirúrgicos y en el postoperatorio que la primera cirugía.

Cuidados
Entre los cuidados que le siguen a cada intervención, los especialistas recomiendan evitar los movimientos bruscos, prevenir los traumas en las mamas y evitar el encapsulamiento mediante controles

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